Tengo el coraje de abrazarme con fuerza y
entusiasmarme con la vida,
aunque miles de veces sienta impotencia…
Impotencia al tener que aceptar sucesos inesperados e injustos
y asimilarlos como algo que tiene que ser y afrontarlos.
Disfrutar dando y recibiendo amor.
Transformar mis miedos en valentía,
enfrentando absolutamente todo lo que está por venir.
Pedir ayuda y consuelo cuando lo necesito.
Confiar en mi misma.
Tomar mis propias decisiones y hacer mis propias elecciones.
La vida es una sola y hay que vivirla sin pensar en que dirán los demás.
Ya es hora de pensar en mi y en mi felicidad.
Ser amiga de mi misma.
Darme cuenta de que tengo derechos emocionales.
Hablarme a mi misma tan amablemente como lo hago a mis plantas.
Comunicarme amorosamente, con la comprensión como meta.
Darme a mi misma crédito por mis logros.
Amar a la pequeña niña que hay dentro de mi.
Sobreponerme a mi adicción de la aprobación de los demás.
Es imposible que todos me acepten tal como soy,
pero quienes me aprecian, me aceptan con mis defectos y cualidades.
Dejar de ser una esponja de absorber responsabilidades.
Sentir todos mis sentimientos y actuar en consecuencia.
Nutrir a otros porque quiero, porque sale de mi y
no porque tengo que hacerlo.
Insistir en que se me pague correctamente por lo que hago
con cariño, ternura, delicadeza y amor.
Poner límites y ajustarme a ellos.
Decir sí sólo cuando quiero decirlo.
Tener expectativas realistas.
Tomar riesgos y aceptar el cambio.
Crecer a través de desafíos.
Ser totalmente honesta conmigo misma.
Corregir creencias erróneas.
Respetar mis vulnerabilidades.
Sanar heridas viejas y actuales.
Decirle adiós a la culpa.
Tratarme a mi misma con respeto
y enseñarle a los demás a hacer lo mismo.
Planear para el futuro pero vivir en el presente.
Valorar mi intuición y sabiduría.
Saber que soy digna de ser bien amada.
Desarrollar relaciones sanas y de apoyo mutuo.
Aceptarme así como soy...